2 de septiembre de 2013

El sentido de la vida lo decides tú.





Desde que la mente de la especie humana empezó a evolucionar, empezó a dudar y a comprender lo que estaba alrededor suyo desde hace muchos años, empezó a tener dudas, comienza a decir: "¿qué es este mundo?" "¿qué es esto?", "¿qué es aquello?", "¿cómo funciona?", "¿cómo o porque ocurre?", "¿por qué?"; de ese modo nacieron la religión, las ciencias básicas y la filosofía. El ser humano empezó a cuestionar  lo que veía, a investigar y tratar de buscar una causa, una solución o una explicación a todo lo que le rodeaba y de forma acertada o errada la conseguía y daba una acción o solución depende de la respuesta buscada.

Después, sentimos el latido de nuestro corazón, nuestras pulsaciones, nos damos cuenta como respiramos, observamos, experimentamos con nuestro sentido del gusto y tacto, vemos como nuestros hijos y nietos nacen y crecen, como nuestros padres envejecen y vemos para nuestra extrañeza la muerte en todas las formas y motivos de las plantas, los animales y de nuestros seres queridos o la nuestra; así nacen la biología, la medicina, los rituales, la tradición, la protección a los otros y a nosotros mismos, las leyes, la cultura y la sociedad.

Luego de buscar explicaciones a lo que vemos o experimentamos, en el punto más alto de la vida o bien en el momento en que suceden cosas que si bien tiene explicación, hacen que empiezas a dudar de ti mismo, de quien eres tú realmente y para que o por qué sigues o estás aquí; primero empezamos a tratar de entender lo que está alrededor nuestro y luego de saberlo, empezamos a tratar de comprendernos a nosotros mismos, a tratar de saber quiénes somos y por qué estamos aquí y para que propósito.



"¿Por qué estoy aquí?", "¿cuál es el propósito de mi vida?", "¿qué significado tiene?" o "¿qué voy a hacer?" Así nacieron ideas: el humanismo, las artes, psicología y la búsqueda del significado de la vida.

De esta última, es la que más dudas y mas confusiones han generado desde que el ser humano primitivo surgió en la tierra.

Se observa ahora que nuestro mundo se está cayendo a pedazos y también lo está haciendo nuestra vida, nuestra concepción de lo que es correcto y la sensación de seguridad, cuando vemos a diario desorden económico, pobreza, crímenes, guerras y rumores de guerras, terrorismo, etc., haciendo que en nuestra cabeza retumbe la pregunta: "si este mundo es un desastre, ¿por qué estoy viviendo en él?"

Empezamos así con la duda de por qué estamos aquí después de saber como es este universo y como, quien, por qué y para qué es lo que nos rodea y como actuar ante ello. Después de saber en dónde estamos y como es, nos preguntamos: ¿cuál es el verdadero significado de la vida?

Todos los hombres y mujeres, bien sean letrados o comunes y corrientes, se han torturado la cabeza al buscar esa respuesta, desde que nuestros antepasados empezaron a explicarse el porqué de todo, sin una respuesta satisfactoria o convincente. La hemos buscado en varios lugares, muchos de ellos, donde no deberíamos buscar y donde no vale la pena estar.


La buscamos también donde están las falsas creencias, donde los charlatanes hacen fortunas por millones a costa de nuestras dudas, donde nos niegan la dignidad y el amar con libertad, donde nos imponen ideas dañinas y sin lógica para su beneficio y aires de superioridad, así siempre seguimos en ese círculo sin salir del mismo dilema. 

Para hacer de nosotros los dominados, nos dan respuestas a su antojo o por un propósito ajeno a nuestro pensar y a la naturaleza de las cosas: nos dicen que el significado de la existencia es estar dentro de una institución o de la suya, que es el trabajar hasta que muramos, resignarnos ante todo lo que sufrimos, tener fe en algo que no tiene sentido, sentirnos superior a otros sin serlo en realidad, en hacer sentir mal o destruir a otros porque son distintos a nosotros, en tener montañas de dinero para sentirse dios o estar conforme por vivir en la pobreza extrema sin que nosotros vivamos bien.


La lista de esos motivos falsos de existir es bastante extensa y todo parte de que ellas siempre están fuera de toda lógica o bien nos esclaviza para el beneficio de falsos ideales y sus creadores o bien surgen por estar encerrados en nuestro mundo imaginario en vez de vivir una realidad cruda y triste, pero con la posibilidad de convertirla en tolerable o perfecta si nos proponemos a cambiarla con sentido común y voluntad.

La verdad del cual es ese motivo de vivir, se dirá mas adelante y nos parecerá simplista o hasta imposible, pero verdadera si lo pensamos bien.

"¿Para qué vivir si mi vida no tiene ningún sentido?" Al decir una persona estas cosas se nota el estado anímico más lamentable en el que se encuentra, es triste que diga que su vida no tenga ningún propósito como también es triste que diga que su sentido de la vida es vivir por vivir solamente, vivir por consumir algo, existir por hacer algo estúpido o sin sentido.

Nadie, en verdad les digo, nadie sabe con totalidad y certeza para qué estamos aquí en este mundo realmente, la vida para muchos puede ser una mera casualidad en un universo tan gigantesco y desconocido.

Sin embargo, tenemos la oportunidad de ver si hay algún sentido de la vida por medio de diversas formas (como la ciencia, las artes, entre otras formas beneficiosas) o por el descubrimiento gracias al pasar el tiempo de nuestra existencia.

"El motivo de tu vida es vivir solamente", es el ejemplo de una respuesta ingenua a esa cuestión, pero la verdad es esta: para un doctor que desde pequeño ha visto enfermar o morir a sus seres queridos y ve sufrir a las personas, pone como motivo de su existencia en este mundo el de ayudar a los demás curando su enfermedad. Aquellos que salieron del infierno de la droga y se convierten en consejeros para incentivar a los demás a que salgan de esos vicios y ser vistos no como una piltrafa viviente mas del montón, sino como alguien que surgió de su ruina, se volvió grande e importante y será sin duda admirado ante todos.

O alguien que es bombero, lucha por salvar a los suyos y a los demás de un incendio arriesgando su vida, porque de pequeño un bombero le salvo suya.



Algunos lo hacen por costumbre después de regañadientes, como castigo, por dinero o de mala gana; otros sin embargo, lo hacen por motivos nobles y estos son los que han conseguido el verdadero significado de su vida, un motivo para decir "adiós" con una sonrisa en el lecho de muerte.

Si quisiste buscar desde hace tiempo el verdadero significado de la vida, el sentido de la existencia misma, te doy una respuesta...

El sentido de la vida, el motivo de nuestra existencia, no es solamente nacer, crecer, comer desarrollarnos, reproducirnos, envejecer y morir como si fuera un destino o algo que es inevitable; el sentido de la vida son las cosas buenas que nosotros decidimos y hacemos gracias a lo que vivimos, aprendimos, construyamos, experimentamos, enseñamos, recordamos, luchamos y deseamos para los demás y para nosotros mismos.



No se hace como algo impuesto por los demás o por ideas absurdas y mentiras de todo tipo, sino por nuestra voluntad, porque nos gusta hacerlo, porque nos nace hacerlo y por que la naturaleza nos dicte a nosotros para bien y no para el mal. La razón de nuestra existencia es también consecuencia de lo que vivimos y aprendemos, lo que nos gusta hacer por los demás y por nosotros, lo que queremos ser, lo que decidimos ser y lo que nos dicta nuestra conciencia.

También la razón de nuestra existencia, es dejar un legado para todos, lo que hacemos para que nos recuerden al morir, o sea, para que te recuerden como alguien que valió la pena en este mundo y no como alguien que estuvo por vivir solamente o por el daño que hizo.

¿Cómo es eso? Al nacer somos solo un cuaderno sin escritura, no tenemos una noción del porqué estamos aquí, pero nos maravilla, preocupa y asombra al ver las cosas buenas o malas que nos rodea, la registramos en el cuaderno de nuestra memoria o del subconsciente para así tomarla como experiencia para lo que descubramos y aprendamos más adelante.



Luego después de años de andar y aprender, después de entender que uno mismo es solo un ser insignificante en este universo y que para remediar ese estigma o ese dilema, decidimos que solamente no somos solamente unos seres vivientes que nacen, crecen, viven, se reproducen y mueren.

Por eso deseamos ser alguien, queremos compartir ese talento que tengamos, queramos ayudar al que lo necesite, luchar por algo o por alguien, cambiar o mejorar lo que está bien o mal alrededor de nosotros, solo así dejamos un legado para que seamos recordados.

Todo eso es gracias a nuestro cerebro evolucionado distinto a cualquier especie junto al despertar de nuestra conciencia y nuestra capacidad de empatía o ponernos en el lugar de otros, en la situación en el que vivimos y en la capacidad de resolver problemas o enfrentar dilemas para lograr hacer algo.

El motivo real de nuestra existencia, el sentido verdadero de la vida, el motivo del porque estamos es aquel es el que escogemos, deseamos, luchamos, construimos y pensamos por cuenta propia y no de otros, gracias al pasar el tiempo por los momentos que vivimos, por los estudios, nuestro deseo de superación, luchar por lograr nuestros sueños y por ser alguien. Ese motivo se encuentra mediante nuestra capacidad de ver todo lo que está alrededor nuestro no como si estuviéramos fuera de lo que nos rodea, sino que somos parte de lo que nos rodea.

Aunque no lo reconozcas, el sentido de la vida en verdad solo se hace, se busca y se logra gracias a nuestras buenas acciones y a nuestra capacidad de lograr victorias, de buscar el conocimiento o del aprendizaje, de lograr el equilibrio en todos los aspectos, ser parte de la naturaleza, el mejorar o evolucionar cada día, de defendernos ante una agresión de forma justa, de sobrevivir y vivir mejor con dignidad, respetar a los demás y ganarse así el respeto, dar una vida o salvar una, crear maravillas y dejar una huella para los que vendrán después de que tu vida se vaya con la sonrisa en los labios y no con lagrimas en los ojos. Esa es la definición de lo que sería el sentido o verdadero significado de la vida para cada uno que la busque con sabiduría y con cada verdad que probamos y seguimos.

Si quieres ayudar a los demás o hacer maravillas porque te esfuerzas o lo aprendes, y te sientes realizado o bien sientes que cambias o mueves parte del mundo, ese es el significado que le diste a tu vida, lo conseguiste al fin. Cuando haces esas cosas, cumples ese deseo, tu existencia tiene sentido, mereces y eres digno de vivir con ese sentido, aunque te nieguen ese derecho.

En resumen: el verdadero significado de nuestra vida, nuestra propia y corta existencia, es darle a la vida un significado; el sentido de la vida no existe en este mundo en bandeja de plata o como algo que se consigue o se compra, sino que lo decides tú, lo decides tú mismo para ser alguien que valga la pena para ti, para los que te necesitan y te aprecien de verdad, no por ser algo insignificante y sin valor.

Si no lo tenemos, entonces hay que buscarlo, aun si pasa un largo tiempo intentarlo, solo así tu vida valdrá la pena.

Una vida sin sentido en cambio, seria aquella que se desperdicia por la estupidez, por estar sometido a alguien o algo, vivir en la indolencia, desaprovechando las buenas oportunidades, por estar a tu gusto en la ignorancia y por dedicarnos a hacer el mal a otros y a nosotros mismos aunque signifique nuestro sufrimiento o destrucción. Eso, aunque se vea como un motivo o sentido de existencia, solamente es desperdiciar tu vida, es vivir confundido, vives quitándole a otros el sentido de su vida, vivir como un parásito  ser insignificante ante el universo que nos rodea, existir sin sentido, vives por vivir y no por vivir para ser grande.


Este mundo esta llenos de personas que podemos catalogarlas como buenos para nada, que prefieren estar viviendo por algo que no vale la pena, viven por un pasatiempo o viven tan solo porque les gusta vivir de otros sin dar nada a cambioo de al menos se considerado ante esa persona.

Excepto cuando nos conciben y nacemos, en este mundo uno mismo traza su propio destino, hasta que por nuestras acciones, hasta que dependiendo de las circunstancias y acciones, vayamos a la tumba de forma rápida o cuando haya pasado mucho tiempo en plenitud de nuestra existencia. Por eso que no existe nada predestinado ni existe nada impuesto como destino por otros como motivo por que vivir, salvo el de malvivir.

Es triste también que una persona, especialmente si tiene un talento o algo que es capaz de crear o tener algo que aportar para todos y para sí mismo, no lo haga teniendo la oportunidad de hacerlo, que además crea que puede solamente estar en este planeta por trivialidades, girando su vida alrededor de los vicios, entretenimientos monótonos y ridículos, estar en una cama y mirar el techo todo el día pensando todo tipo de desvaríos, haciendo conflictos sin justificación alguna, adorar a alguien o algo que en verdad no vale la pena o que ni siquiera existe y que en el preciso momento del fin de nuestra vida, nos damos cuenta que lo que hicimos no tuvo ningún sentido.


Y a pesar de que en algún momento de la vida pensemos que en este mundo por algún motivo en especial estemos aquí, todo el mundo sabe por instinto, de que a pesar de las diferentes creencias, los diferentes descubrimientos y a menos de que se descubra o se investigue otra cosa, la vida es una sola, la vivimos y recordamos una sola vez y que aunque nos duele admitirlo, morir es el adiós. Esta es una razón de las tantas que existe del porque se debe ser alguien o hacer algo en la vida para así tenerlo como motivo de vivir.

Tomar la vida solo como un motivo para desperdiciarla en algo banal y pasajero es algo verdaderamente estúpido.

La vida es una escuela donde se aprende a ser mejores seres o bien ser las peores amenazas para los demás y nosotros mismos; aquel que muere sin haber conocido el motivo de su vida o aquel que en su vida ha hecho el mal hacia los demás y a sí mismo, es motivo para comprender que hemos desperdiciado nuestra limitada existencia y ese es el peor modo de que nos recuerden de aquí a la eternidad. La vida para el universo es un mero accidente, eso también es cierto, pero eso nos da el motivo suficiente para darle un significado, para que el mismo universo, el mismo planeta en que vivimos y nuestra conciencia sea menos monótona, más variada, más rica y más hermosa.



Es por eso que debemos tener un motivo de existir y al mismo tiempo vivir cada segundo de nuestra existencia como si fuera el último suspiro y el ultimo día de nuestra vida viviendo el presente, ver el pasado para no caer en errores y aplicar nuestra experiencia con equilibrio y sensatez para lograr un buen futuro en vez de desperdiciarla en estupideces, vicios y males que uno cause de forma consciente o por accidente.

Hay un motivo para existir, e incluso muchos si nos proponemos a conseguirlos o lograrlos.

Debemos descubrir, por sí mismo y cada uno de nosotros el sentido de su propia vida, aunque sea difícil y hasta imposible.

Yo lo hice y tengo muchos motivos más porque vivir. ¿Y ustedes?

Así lo dijo Facundo Cabral: "Cuando la vida te presente mil razones para llorar, demuéstrale que tienes mil y una razones por las cuales sonreír".


De ese modo, la vida sería más digna de ser vivida, así son los hechos, y ante los hechos hay que rendirse.


El motivo o significado de la vida es en definitiva darle la vida un significado, para así ser alguien que sea imprescindible para el mundo, y por qué no, para el universo que nos rodea.


Es por eso que te digo de una vez: ve, aprende, ama, comprende, se consciente, lucha y busca tu inmortalidad haciendo lo que escogiste y lo que deseaste, haciéndolo por el bien de ti y del mundo que te rodea, porque el sentido de tu vida, lo decides tú.


En memoria de mi amada madre Panchita, la que me inspiro en hacer esto...
Gracias por darme la vida y la fuerza para luchar en esta vida; te digo de corazón,
¡¡Hasta siempre!!
En el lugar donde tú estés.

Ana Francisca Morillo
(1948-2011)



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