1 de marzo de 2014

Reflexiones para un país en conflicto




ADVERTENCIA PARA LOS LECTORES

Este articulo puede ser muy ofensivo para los lectores por la actual situación política en el país, y pido que lean este post con la mente abierta y con algo de humanismo en vez del ámbito político. Aclaro además que no pertenezco o sigo una afiliación política como tampoco sigo o estoy de acuerdo en cualquier sistema político, económico o social de algún tipo, por lo tanto, soy neutral, salvo por el sentido común.

Debo aclarar que esta es una opinión personal y no soy escritor profesional ni me considero un autor de gran talento, solo alguien que escribe para expresar y no para ganar una regalía o reconocimiento alguno, aunque me agradaría mucho.

No pretendo para nada en ofender ni estar en contra de bandos o sistemas políticos o económicos, sino a que reflexionen y piensen más en los que sufren en vez de segur con las luchas sin medir consecuencias.

Gracias por su atención.

Perdonen por mi tardanza en poner un articulo a tiempo, pero en este preciso momento, me tome la libertad de hacer otro que de por si es más personal ya que se trata de un problema que quizás nos ha afectado a todos los habitantes de Venezuela y de América Latina, de una u otra forma.

Ahora resulta que en Venezuela, en vez de la época Carnaval, la fecha más alegre y divertida del año, en donde todos tiramos papelillos, disfrutamos de las carrozas, besamos a nuestra pareja, nos reímos y nos disfrazamos de ilusión, ahora en este preciso momento vemos automóviles quemándose, personas encapuchadas lanzando cocteles molotov, "besamos" las piedras que nos llegan en la cara.


No, no, no. Esto no es un chiste sarcástico y de pésimo gusto, es lo que se vive ahora en Venezuela, la tierra en donde nací.

Hace días salí de mi trabajo como ayudante del administrador un cafetín universitario antes del horario acostumbrado gracias a una decisión del rector de la Universidad del Zulia en Maracaibo, Venezuela; ¿cuáles fueron las razones del porque debíamos volver a nuestras casas sacrificando un día de trabajo?: el riesgo de un posible saqueo y daño a nuestra integridad física por las protestas y grupos violentos que se encuentran en estos momentos en la calle.


El país está en riesgo de un posible estallido social gracias a los conflictos sociales y políticos gestados desde hace años en mi país, causados por una serie de factores que ya en Latinoamérica y en el mundo lo saben, pero que de forma directa afecta ya a nuestra ya alicaída economía, recientemente afectada por la recesión del 2008.


Desde ese día dejé de trabajar en el establecimiento hasta nuevo aviso por la situación que ocurre en mi ciudad y mi familia en estos momentos, para colmo de males, está con varios problemas encima, que a pesar de todo el esfuerzo en que se hace para lograr mejorar nuestra situación, simplemente, es difícil resolverla, mucho más con las calles en estado crítico de caos social.


Mientras estoy escribiendo estas líneas, todavía pienso en el montón de barricadas que están llenas de escombros, basura y cauchos (neumáticos o llantas) quemándose junto con los reclamos, gritos, insultos y expresiones de frustración y lucha de partidarios de uno u otro bando exigiendo su derecho a existir.


Es para mí una rutina diaria escuchar en la ventana de mi sala, después de dispersada la violencia en las calles ya entrada la noche, el insoportable sonar de las cacerolas u ollas de cocina mas las consignas antigubernamentales por parte de personas inconformes por el gobierno de izquierda de mi país (antiguos gobernantes del país y actuales opositores, de ideología de derecha) junto con el estallido de fuegos artificiales, la música popular y revolucionaria a todo volumen mas las consignas políticas por partes de los seguidores del gobierno de Nicolás Maduro.

Henrique Capriles Radonski, uno de los lideres de la oposición venezolana
Ahora que estoy inactivo laboralmente y con urgencias (aunque todavía con Internet en mi casa por estar antes prevenido ante una eventualidad) siento la presión y el constante temor de que en la universidad y en todo el país ocurra un paro general como en otros tiempos (en el 2002 hubo uno por las mismas razones que ahora), pero creo que soy privilegiado a pesar de eso, porque algunos miembros de mi familia la están pasando muy mal y mucho peor está la gente de la calle por la falta de acceso a su destino laboral (las calles están llenas de obstáculos, en algunos lugares no hay transporte público, hay marchas o protestas de calle, barricadas, etc.), el miedo justificado a los asaltos de delincuentes oportunistas, la suspensión de actividades en varias empresas o sectores claves de la economía, y paremos ya de contar.

Nicolas Maduro, presidente de Venezuela
Hace 25 años, en un día 27 de febrero, ocurrió el estallido social en varias ciudades en Venezuela en 1989, a causa de los ajustes económicos drásticos (aumento de la gasolina, privatización de empresas e instituciones públicas y privadas, más impuestos, aumento del precio de productos de primera necesidad, devaluaciones, entre otras medidas) implementados por el gobierno de esa época, causando que empeorara la crisis social, económica y política que se vivió en ese momento; gran cantidad de personas salieron a las calles a protestar, hacer barricadas, atacar comercios, saqueando centros comerciales y exigiendo el cese de las medidas.



Pero en vez de eso, recibieron la respuesta brutal del ejército, la policía y las autoridades gubernamentales que trajo consigo la muerte de miles de personas, miles de desaparecidos y miles de heridos, además de años de estado de excepción y todas las garantías constitucionales suspendidas. Hasta el sol de hoy, a pesar de las cifras oficiales, no se sabe en realidad cuantas personas con exactitud fallecieron durante esos sucesos.




Ahora, la situación actual, con otros motivos más profundos y mucho más graves que la anterior, están en plena faena mientras se intenta recorrer las calles. En cualquier momento, una situación igual o peor pudiera producirse si un acuerdo de paz no se gesta a tiempo.




No me gusta y nunca me ha gustado participar de política, ya que en estos días hacerlo significaría estar de un bando u otro y eso significa estar en tensión con mis semejantes, pero cada vez que pasan los días veo con sumo pesar que está presente conflicto social en Venezuela se está acercando mas a un conflicto armado entre dos bandos enfrentados por la lucha del poder por casi veinte años.

Afortunadamente, en esta última semana, el gobierno venezolano esta apenas empezando a buscar una solución más viable para la crisis reinante, ya que desde hace tres días atrás, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, llamó a una la Conferencia Nacional por la Paz, en donde se intenta acordar un tratado de pacificación o un acuerdo para salir de la crisis de forma pacífica; se reunió con varios sectores de la sociedad, entre ellos, parte de los grupos empresariales, algunos grupos de oposición al gobierno, representantes de varias naciones, Organizaciones No Gubernamentales y demás grupos sociales luego de varios días de protesta en Venezuela, en los que por los momentos hay más de diez muertos en enfrentamientos y centenares de heridos desde el 12 de febrero del presente año.


El presidente hizo una propuesta para una posibilidad de dialogo, ante todos los sectores sociales, políticos, empresariales, gremiales y religiosos de Venezuela y aunque muchos acataron y cumplieron el llamado por buena voluntad, muchos líderes políticos y estudiantiles representantes de la oposición, estuvieron ausentes en la reunión en señal de protesta o desacuerdo.



Por los momentos, a pesar de varios focos de violencia, el país se vive en una tensa calma luego de los llamados a la paz y la reuniones auspiciadas por los entes gubernamentales para intentar solventar la crisis.

Debo aclarar ante todos y todas ustedes que este articulo no es una crítica política ni tampoco un mensaje político, no estoy con ninguna ideología ni sector político alguno; primero, porque me considero neutral en esos asuntos; segundo, porque soy seguidor del sentido común, de la razón y de la tolerancia mutua entre todos los seres y si lucho por cualquier medio, será para defender al quien necesite ayuda además de las ideas que he mencionado y si es por la fuerza, responderé de la misma forma para defenderme.

Por último, lo hago porque estoy cansado, casi sin fe alguna, desprotegido, afectado y por sobre todas las cosas, defraudado por tanto conflicto durante década y media, la falta de un acuerdo de paz, del aumento del deterioro de la calidad de vida del país a raíz de esta crisis larga y que si todo sigue igual o empeora, ni quisiera desearía ver las consecuencias que vendrán, por cierto, un futuro nada halagador para nosotros y para nuestros hijos.





¿Por que escribo este artículo?, quizás para desahogarme, reflexionar o quizás para dar una recomendación para solucionar estos problemas o esperar que alguien me lea y me diga si estoy o no en lo correcto.


Bandos irreconciliables


Venezuela, llamada por Cristóbal Colón "Tierra de Gracia", esta partida ahora en dos desde hace tiempo gracias a cuestiones políticas, económicas, culturales y por intereses externos; este país que a pesar de todos los pesares, decepciones y sufrimientos que he pasado en el, me dio el espacio para nacer dentro de su seno y me ha dado oportunidades a pesar de todo. 

En un bando, se encuentra el gobierno de corte socialista fundado por el comandante Hugo Chávez Frías, quien después de su muerte ya casi un año, está ahora dirigido por Nicolás Maduro junto con el conglomerado de aliados políticos y grupos sociales de ideología de izquierda encabezados por el Partido Socialista Unido de Venezuela o P.S.U.V. ; la misma se le conoce en el país como Socialismo del Siglo XXI o Chavismo (en honor al comandante Chávez).

Hugo Chavez

En el otro bando, se encuentra el grupo político y social formado por la oposición, llamada Mesa de la Unidad Democrática o M.U.D., de corte liberal y de derecha política, conformado por los antiguos partidos antes en el poder, grupos políticos liberales, grupos juveniles y demás miembros.


Los primeros, de la mano dirigente de Chávez desde 1998 por la clase humilde y apoyados por grupos poderosos de la izquierda política, antes perseguida en años pasados por el anterior gobierno, mantienen como estandarte la lucha contra la pobreza, la promoción y el establecimiento de la igualdad y la justicia social en todos los ámbitos, el poder del partido y estado benefactor con el pueblo, la lucha contra la pobreza y el sistema capitalista, la integración latinoamericana, el poder popular, la lucha anti-imperialista, la promoción de los valores colectivos, entre otros.

Los últimos, los pertenecientes a la M.U.D., al igual que en tiempos pasados, sostienen por el contrario, la defensa de la libre empresa, la doctrina liberal y democrática, el anticomunismo, la no intervención estatal en asuntos económicos y sociales, la meritocracia, la promoción de valores conservadores y tradicionales, la defensa de la propiedad privada, etc.

Según el chavismo, la oposición es heredera y a la vez responsable de los 40 años de corrupción, tiranía, destrucción nacional cuando aquellos estaban en el poder gracias a la entrega económica, cultural y social del país a intereses económicos nacionales y extranjeros, de su represión política, de la miseria más destructiva, la desigualdad imperante en esa época, el desprecio social de los ricos contra las clases humildes y por negar desde siempre los derechos humanos más fundamentales en el pasado y en la actualidad. También responsabiliza a la oposición en el pasado y en el presente de generar actos de conspiración y terrorismo así como traición a la patria, fomentar la intolerancia, promueven la violencia, realizan alianzas con gobiernos extranjeros para derrocar el gobierno, el desfalco económico por el desabastecimiento de la comida, la especulación y la inflación causada por algunas empresas privadas que apoya a la oposición y por ende, generar el caos desde la subida de la izquierda al poder hasta el presente.

Para la izquierda, la oposición desprecia el país, ya que solo prefiere el interés individual y de su clase social antes que del colectivo.

En cambio la oposición afirma que su misión es salvar al país de un desastre inminente que había empezado la izquierda desde hace 15 años, ya que el chavismo es responsable de la crisis política, económica y social más grande de su historia: defalco del erario público (obviamente, corrupción), división y enfrentamiento social por la promoción de la lucha de clases, expropiación de propiedad privada, la creación por pasos de un sistema totalitario dictatorial con ayuda extranjera, la división del país, la destrucción de la familia, la posible anexión del país a otro con dictatorial de espaldas a los intereses de los venezolanos, la quiebra de empresas y la debacle económicas por las políticas del gobierno socialista, el aumento exponencial de la delincuencia, el tráfico de influencias, generar intolerancia entre los habitantes, entre otros males.

Venezuela ahora está ya partida en dos, dividida en dos bandos, dos ideologías, dos métodos de gobernar, dos formas de ver y actuar en este mundo y por cada día que pasa son mas irreconciliables y más firmes en sus opiniones, protegiendo a capa y espada su forma de ver la vida mientras todo alrededor se cae a pedazos sin una luz de solución.

En el momento en que toda Latinoamérica celebraba los 200 años de su independencia de España, en armonía sin importar bandos o diferencias de algún tipo como hermanos, aquí por el contrario, gobierno y oposición, chavistas y partidarios de la M.U.D., seguían con la lucha política, con las marchas, con algunos disturbios, paros nacionales y demás, solo que a diferencia de ahora, antes no estaba más radicalizada aun.

Los dos grupos celebraron la fecha por separado, con expresiones de resentimiento, recriminación y culpándose uno al otro de los diversos problemas existentes y eso hizo que muchos vieran la fecha como algo político y algo banal, como si fuera un día más, como un pretexto para la campaña política.


En el pasado 12 de febrero de este año, se celebró el bicentenario de la Batalla de La Victoria, en el que jóvenes, en su mayoría adolescentes, al mando de José Félix Ribas,  un oficial del ejército patriota durante la guerra de independencia, derrotaron los ejércitos del general realista José Tomas Boves en ese mismo día en 1814; eso trajo como resultado, a parte de una victoria que fortalecía las fuerzas independentistas, como día de celebración nacional, con el nombre de El Día de la Juventud en Venezuela. Sin embargo, durante las festividades, empezaron las protestas estudiantiles en contra el sistema de gobierno chavista, los saqueos, enfrentamiento entre bandos políticos y sociales, las primeras víctimas fatales y por ende, el inicio de este conflicto que cada día se agrava aun mas.


Entonces ahora nos preguntamos: ¿para qué celebrar una fecha de concordia nacional si hay conflicto constante? ¿para qué ver las cosas positivamente y con la fe en que todo va a mejorar si hay ahora más odio contenido que sube como espuma?

Algunos, incluyéndome, nos sentíamos así y sentía vergüenza que mientras todos los países del mundo celebraban sus bicentenarios, veían al mismo tiempo que Venezuela cumplía años de liberada, siendo esclava de una tensión social casi permanente.


Un poco de historia para comprender la crisis

Sin ánimos de ofender a nadie o que querían tomar estas palabras como falta de corrección política, pero recuerdo que cuando apenas era un niño existía pobreza, existía delincuencia, existía desde tiempos inmemoriales el racismo como todo tipo discriminación en todos los ámbitos de la vida y la corrupción general estaba más que institucionalizada; la gente estaba en una situación tan precaria que aparte de vivir en chozas indignas para un ser humano, algunas familias comían alimento para perros por ser más económico, para no gastar gran parte de su mísero ingreso mensual. 

Había múltiples protestas en el país por grupos en contra del sistema político de esa época y no era raro que la policía matara a balazos a estudiantes sin ningún remordimiento con el beneplácito del gobierno, los casos de corrupción y las múltiples denuncias de crímenes diversos contra la sociedad terminaban casi siempre engavetados en las polvorientas bóvedas de los archivos de los tribunales de justicia, formando así un ambiente de impunidad total y desesperanza.

Solamente en Caracas, capital de Venezuela, ocurría como mínimo treinta asesinatos cada fin de semana por armas de fuego y armas blancas, convirtiéndola una de las ciudades más peligrosas del planeta.


Existía también el bipartidismo fomentado y acordado mediante pactos o acuerdos de alianza y gobernabilidad que al mismo tiempo promovía un programa único de gobierno así como la exclusión de otros grupos políticos alternativos o de izquierda radical. El pacto, conocido como "Pacto de Punto Fijo" estaba conformado por dos grandes partidos con ideologías iguales pero con conceptos más o menos diferentes de gobierno: Acción Democrática y COPEI, ambos de derechas.


El ochenta por ciento de los habitantes del país estaba en una situación de pobreza; mas de la mitad de esa cifra, en miseria extrema o critica. En los programas sensacionalistas de televisión mostraban a gente viviendo en los rellenos públicos de basura comiendo desperdicio de comida podrida ante la indiferencia de los políticos en el poder y de las clases privilegiadas junto con el morbo del televidente de esa época.


El desangre de la economía era abismal gracias al robo de recursos, tanto que entre 1974 y el inicio de la década del 2000 se fugaron de Venezuela entre 80.000 y 100.000 millones de dólares, algo así como el triple de la deuda exterior venezolana que aun no se pagaba ni se abonaba siquiera, asfixiando ya la paupérrima economía. Todos estos problemas y demás males no mencionados a que existían en esa época y que lo recuerdo aun a pesar de tantos años.

Aparte de los estallidos sociales, los toques de queda eran muy comunes en esa época en donde las protestas estudiantiles, alzamientos populares, intentonas golpistas y conspiraciones ponían en jaque a un sistema político ya en franca decadencia.


Luego vino un fenómeno: Hugo Chávez Frías, antiguo oficial del ejército venezolano que intentó derrocar a Carlos Andrés Pérez, el presidente de esa época y que luego de su fallido intento de toma del poder en 1992 pasó junto con sus compañeros de armas algunos años de prisión y gracias a un indulto presidencial consiguió su liberación; luego mostró a un pueblo los vicios y problemas que nos esclavizaban desde hacía ya cuatro décadas de bipartidismo democrático, les mostró una salida, una posible redención y un camino hacia una Venezuela mejor que la que todos nosotros estábamos malviviendo, donde no existirían la pobreza ni la desigualdad, donde existiría un nuevo sistema económico y un modo de vivir diferente al que estábamos sometidos.


Después de su primera de tantas victorias electorales, empezaron a cambiar un poco las cosas, más bien cambiaron muchas cosas y muchas mentalidades: fue el primer presidente de la historia, a pesar de sus errores políticos o estratégicos y pugnas de poder, aunque muchos nos neguemos a admitir, fue el primer presidente de la historia de Venezuela que se acordó de los pobres, algo que nunca hizo sus antecesores salvo por búsqueda de votos. Fue el único presidente que hasta el sol de hoy que no se sabe si por cuestiones electorales o solo por sus dictados de corazón hizo una serie de programas sociales implementados en su gobierno, llamados misiones, que ofrecían ayuda económica, social y espiritual a la gente necesitada de forma gratuita aliviando la carga pesada de pobreza en la población, algunos de ellos salieron de la misma gracias a los mismos gracias a la renta petrolera del país con las mayores reservas de hidrocarburos del mundo entero, algo que gran parte de sus rivales políticos estaban en contra.


Por primera vez en su historia, el país empezó a tomarse en cuenta en el plano internacional, gracias al carisma y las tácticas políticas de su gobierno, así por la influencia en la Organización de Países Exportadores de Petróleo u O.P.E.P., donde gracias a la recomendación de Chávez, se subió la banda de precios del petróleo, elevándolos y permitiendo que los países productores, incluyendo Venezuela, registrara los ingresos petroleros de su historia y tambien gracias al aumento del precio del barril del petróleo a raíz del conflicto del Medio Oriente y las invasiones militares de Estados Unidos a varios países.


Se empezó a hablar de "socialismo vs capitalismo", "opresión", de "lucha de clases", "lucha racial", "imperialismo", "alianzas estratégicas", entre otros términos que no se escucharon al menos para la gente común; los antes dueños del poder y las clases media y alta del país, estaban en pie de guerra mientras los nuevos gobernantes se imponían.


Luego de años de logros importantes, a pesar de todas las innovaciones, de todo el cambio de conciencia de la población, de las ayudas y de diversas cosas buenas que vinieron después, la situación de tolerancia social y la relación entre hermanos enfrentados, en vez de mejorar, empeoró.




Por diversas razones, ahora más que nunca existen mucho más los conflictos sociales y económicos, la lucha de poderes, el aumento exponencial de la pobreza y crisis económica mucho peor que el régimen anterior por la pugna política y social (a pesar del ingreso petrolero más alto de la historia), derroche desmedido de recursos de la nación, el ataque desmedido e implacable de grupos intolerantes en contra de las minorías, el aumento desbordante de la delincuencia a niveles apocalípticos, ataques violentos de ambos bandos (chavistas o izquierdistas en el poder y opositores de ideología liberal y de derecha), devaluación de la moneda nacional a niveles record junto con la creciente "estanflación" (estancamiento económico más la inflación galopante), el riesgo de una posible intervención política y militar de varios países poderosos (con Estados Unidos a la cabeza) y entre otros males que luego de la muerte de Hugo Chávez (por cáncer después de catorce años en el poder por medio de reelecciones consecutivas), ahora la situación está cada día mucho peor.



Hoy, mientras escribo estas líneas en el rincón de la sala, escucho disparos en la calle desde lo lejos y consignas de ambos bandos, en el que familias enteras se han dividido por cuestiones ideológicas, en el que ambos bandos no quieren ceder, en el que potencias e imperios quieren invadir a esta Venezuela cansada de tanta pelea, de tanta miseria económica y moral y con gente llena de angustia.


Venezuela sufre ahora mismo también el mayor desastre energético en su historia y también en el plano económico; hay más muertos en el país por año mucho más que una guerra en un país del Medio Oriente, ya las diferencias sociales y conflictos de clase están mucho más recrudecidos que en décadas anteriores, y en estos momentos las calles de mi cuidad están ahora con automóviles y cauchos (llantas, ruedas o neumáticos) incendiándose por doquier, bombas molotov incendiando supermercados, gente de ambos bandos golpeada salvajemente y asesinada a balazos como un animal y eso ahora me indigna mucho mas, y peor cuando nadie hace nada para solucionarlo.


Las raíces del problema


Cada día muchas y muchos de nosotras y nosotros vemos con impotencia que todo se está yendo a la ruina por cada día que pasa y para muchos es mejor para todos que ambos bandos quieren estar por el bien del país en una mesa a hacer la paz y resolver juntos este embrollo que sufrimos desde hace décadas.


Esto nos hace pensar de forma impotente, con frustración y angustia por cada día que pasa, por cada día que nuestros bolsillos y estómagos están vacios por la escasez, por cada muerto o herido que vemos en los diarios y en la televisión, por ser testigos de cada rostro lleno de odio mostrado por un simpatizante sin importar el bando, por las familias divididas por el odio sectario, político, económico e ideológico, por cada crimen sin retribución o castigo, por los casos de corrupción que se callan y no se resuelven, por las injusticias social que cada día aumentan y por todo tipo de problemas más.








¿Por qué?, es bastante extensa y complicada esa respuesta como para analizarla y ponerla completa aquí (aunque haré un post relacionado para después) pero entre las que existen están: la pérdida de valores en la sociedad (nos referimos como valores como el respeto, el amor, la caridad, la tolerancia, honestidad, entre otras virtudes) y la sustitución de estos por anti-valores como modelos a segur (corrupción, intolerancia, codicia, falta de respeto, entre otros males).

Otro factor de peso serian los intereses políticos, económicos y sociales de nacionales  y extranjeros, especialmente en el país con la reserva biológica, petrolera y mineral más grande del planeta, mas la ubicación geopolítica y estratégica del país, entre otros atractivos.


Escenarios posibles por los momentos


Así estamos en Venezuela, en no una, sino varias encrucijadas que encontramos en cada paso que damos, pero que al menos puede haber soluciones si nos proponemos a buscarla, estudiar el problema, plantear soluciones viables y salir del paso en vez de tratar de ganar una batalla de la forma en que se está haciendo: con violencia sin sentido, desprecio por la diferencia, la falta de auto-conocimiento, de negar nuestras faltas ya más que a la vista, por la deshonestidad y por no hacer nada para remediarlo.



Todo conflicto, aunque no queramos que ocurra, es para evitar un mal mayor, no para prolongarlo más y menos buscarlo como escusa para desviar problemas más importantes.

Las posibles escenarios para salir de esta crisis actual serian algo simples, pero a la vez las más difíciles y algunas casi irrealizables sabiendo que los bandos enfrentados están ahora muy enemistados  y cada vez irreconciliables que nunca:

1) Paz y reconciliación nacional

Una opción sería un tratado de paz y concordia, de reconciliación y reconstrucción nacional por medio del dialogo con compromiso y sinceridad entre políticos y simpatizantes del gobierno y oposición, junto con representantes de la economía nacional, entes como la Organización de las Naciones Unidas, países latinoamericanos y potencias como Rusia, China, Estados Unidos, y con la participación directa y responsable de toda la ciudadanía en general, sin importar bandos o neutralidades; sería esa opción lo más recomendable, la que se está llevando a cabo a dura penas al menos por los momentos. Es la opción que menos pueda resultar, aunque no imposible si ambos bandos se proponen con sinceridad, con compromiso, respeto mutuo y la voluntad para salir de la crisis.

Así se hizo en Sudáfrica después del régimen racista del Apartheid y en el cese de hostilidades en Centroamérica.

2) Desgaste político

La segunda opción, la más simplista, pero también la más indolente, sería que todo siguiera su curso hasta que uno de los dos bandos terminen desgastándose y ceda, dé concesiones (dar parte del poder, puntos claves en el gobierno o reconocimiento de autoridad), pero por la psicología y planes de ambos bandos sería más que imposible, ya que si resultase ese caso, habría igual inestabilidad o una peor que ahora y no se habría hecho nada a causa de las diferencias ideológicas y políticas.

3) Pacto de gobernabilidad

La tercera opción sería un pacto gobernabilidad dual de ambas corrientes políticas e ideológicas, pero sería también ineficaz por razones culturales y porque la lucha de poderes y de clase sociales en Venezuela es ahora más intensa y desarrollada, muy prolongada, con muchas heridas abiertas y por lo tanto inviable; ambos bandos no quieren para nada esa propuesta. Si desde el principio o si después de dos o tres años, cuando el gobierno socialista y la oposición hubiera hecho un pacto de gobernabilidad, un cogobierno hubiera sido más que probable y más si hubiera existido un tratado de paz o reconciliación de por medio también.  

4) Rendición

La cuarta opción sería que el gobierno o la oposición se rinda con o sin condiciones para que el otro mantenga u obtenga el poder según sea el bando. Si bien ese punto sería bueno para el país, sería por corto tiempo, ya que a la larga habrá más conflictos y empeoraría la situación por seguir en pugna o por los desacuerdos, los rencores y las ambiciones políticas; además, si la oposición sería gobierno, el gobierno seria oposición y en cierto modo todo sería igual o peor. 

5) Estado de emergencia nacional

La quinta opción, buena para el gobierno, pero la más polémica para el resto de la ciudadanía, es sin duda declarar el estado de excepción, de emergencia nacional o de sitio, con restricción o suspensión de garantías constitucionales, toques de queda, control militar de las calles y proclama de leyes y ordenes por decreto. Eso sería contraproducente, ya que eso traería consigo una respuesta mucho más enérgica y temeraria de la oposición y sus seguidores, así como la decepción de los seguidores del gobierno socialista y la condena de varios países en el mundo, además del llamado de atención de medios de comunicación y potencias extranjeras hostiles al chavismo venezolano, agravando aun mas a la crisis.

6) Golpe de estado

La sexta opción y también la que tiene mucho más peso en estos momentos y la menos deseada de todas por ser traumática para la nación, es un cruento golpe de estado, bien sea de parte de militares y opositores o un "autogolpe" de estado por parte del mismo gobierno para tener más poder y control ante la crisis; este punto es el que más toma fuerza, pero con consecuencias nefastas a largo plazo: ese fue el caso del golpe de estado de Chile en 1973 por parte de las fuerzas armadas al mando de Augusto Pinochet, que generó mas de decenas de miles de muertos, torturados y desaparecidos, junto con el resentimiento entre los chilenos de ambos bandos. Otro caso sería el autogolpe de estado de Alberto Fujimori, en Perú, en el cual generó persecuciones, asesinatos, quiebre institucional y caos social que duraron más de una década.

7) Guerra

La mas fatal y más terrible de las opciones que pueden darse, y la que menos deseamos, es una guerra civil entre hermanos o la posibilidad real de una invasión extranjera y/o el surgimiento de guerrillas, grupos paramilitares, un enfrentamiento bélico entre países por intereses económicos y estratégicos.

Las últimas veces que en Venezuela hubo conflictos bélicos de importancia y gravedad, fue en la Guerra de independencia, La Guerra Federal (ambas ocurridas en el siglo XIX), la lucha clandestina de las guerrillas contra gobiernos dictatoriales (desde los 1900 hasta 1958) y en contra el gobierno puntofijista desde 1958 hasta los 1980; las primeras dos guerras fueron las más sangrientas de la historia, pero las del siglo XX fueron las más esporádicas y furtivas, a pesar de la crudeza de esos conflictos. Desde entonces, salvo tácticas represivas en contra de la izquierda venezolana, no hubo siquiera una guerra de magnitud importante y muy sangrienta,aun en esta época de tensión política y el ejército nacional no estaría preparado para ello por la poca experiencia bélica y mucho menos en el plano internacional, aun si tuviese todo el arsenal de ultima tecnología; si esto ocurriese, el colapso nacional y la fragmentación del país seria un hecho y por lo tanto, significaría el fin de Venezuela tal y como la conocemos hoy.

Para mí, en lo personal, sería más viable para todos la primera opción, por ser la más adecuada, pero es la más difícil de todas, ya que depende de todos los actores políticos enfrentados, de todos nosotros y de dar un cambio para bien.


Reflexiones para un país en conflicto


Cualquier imperio, institución o nación, así sea la más desarrollada no puede estar en conflicto, en represión, en mentiras, conspiraciones, con falta de valores esenciales ni en injusticias de todo tipo durante mucho tiempo, ya que por el agotamiento de todo recurso humano, económico y demás entrara en un colapso que jamás podrá salir librado; si no me creen, vean e investiguen que fue lo que le pasó a la civilización griega antigua, al antiguo Imperio Romano, a la más que extinta Unión Soviética, la Kampuchea Democrática de Pol Pot, el Imperio Británico, la monarquía en Francia, a la Alemania Nacionalsocialista, a instituciones económicas como el grupo Lehman Brothers, artistas como Michael Jackson, y un largo etcétera que haría de este post una segunda Biblia.  


¿Soluciones dolorosas o que puedan tragar el orgullo de algunos? pues miren el caso de Sudáfrica con el de Nelson Mandela y verán que hay todavía más esperanzas de algo mejor a esta esta situación.


Para terminar este post quiero aclararles una cosa, y podo que piensen esto por un rato y saquen sus conclusiones: ¿no estarían o están cansados ustedes de tanta diatriba sin opciones viables?


De verdad les digo, ¡y si!, es verdad, admito que pueda sonar algo utópico, algo verdaderamente rosa e idílico de verdad, pero sueño con un país donde se viva en paz y armonía en donde exista la tolerancia sin importar partidos políticos, raza, filosofía y opiniones; donde la gente respete las opiniones al igual que la dignidad de cada quien y donde las personas caminen con tranquilidad en la calle sin que sufra daño de terceros. 

La decisión de actuar de forma equilibrada e inteligente por parte de todos nosotros es vital para mejorar esta situación, no de la forma en que se está haciendo, agrediéndose mutuamente y sin solución.


No se trata de cambiar las cosas solamente con una fe o por puro optimismo vacio o aprendido, se cambia las cosas primero nosotros mismos, y luego los demás investigando, aprendiendo del pasado, planear las acciones que se tomen y tratando por todos nosotros de forma conjunta y organizada y depende de la situación, arreglar las cosas en paz. Una guerra o cualquier enfrentamiento seria una opción fácil, con soluciones rápidas y definitivas como última opción y sin retorno, aunque con graves consecuencias para uno u otro bando; pero si estas opciones están presentes y seguimos igual o peor, entonces veremos un país que irá a la ruina, no únicamente por políticos, facciones o cualquier sistema religioso o político, sino todos nosotros en conjunto por no poder prevenir un desastre.

Momentos difíciles y tortuosos está pasando en Venezuela en este instante, y todos, todos y cada uno de nosotros debemos estar todos de acuerdo en planear un sistema o un acuerdo de convivencia y de pacificación sin trancas políticas ni rencores que lo impidan, así como un modo en que podamos superar esta crisis, gobernarnos con igualdad, protegernos de cualquier peligro interno o externo, donde todas y todos tenemos voz y voto.

Pero solo lo podemos hacer, si cada uno de nosotros empieza a hacer consciencia no solo de la situación en que se vive, ni la de las demás personas tampoco, sino primero ser conscientes de nosotros mismos; auto-conocernos, es decir, cuáles son nuestras fallas como persona, cuáles son nuestros pesares y cuáles son nuestras posibilidades y empezando con eso, tratar de cambiar nosotros mismos, eliminando nuestros errores o defectos personales, una tarea de verdad difícil, pero que a la larga, podemos conseguir esa meta y lograr el cambio personal, teniendo tan solo una cosa: voluntad de hacerlo. Luego de cambiarnos como persona primero, se consigue el despertar de una consciencia para uno mismo y luego para los demás; en definitiva: cambiándonos nosotros mismos, lo hacemos con todo lo demás y solo así se consigue una verdadera armonía entre todos.


Venezuela tiene mucho potencial, humano, material y espiritual de enormes proporciones; hay que aprovecharlos, hay que incentivarlos, hay que protegerlos, pero eso no se logra con más conflictos que se empantanan.

Por el bien de todos y por el futuro de los jóvenes, no desperdiciemos el tiempo y actuemos con conciencia y razón, cambiemos nosotros para bien y cambiemos el país para mejor, pero no de la manera en que la está destruyendo.

Lo que voy a decir creo que no les gustara a nadie, pero es lo mas realista y sincero que puede haber en estos momentos: muchos chavistas y opositores han caído muertos o han sido heridos en estos enfrentamientos por igual, muchos neutrales y victimas inocentes sin afiliación política también han sido afectados de una u otra forma; una vida es una vida y quizás en las excepciones mas drásticas, nadie tiene derecho a quitarla y menos por cuestiones de lucha política que pueden resolverse en un escritorio o con votos. No debemos tampoco parcializarnos de que muerte es mas importante, de que depende de un partido o clase social una muerte o unos heridos son mas prioridad de que el otro, es cuestión de sentido común pensar que si bien se comprende que los enfrentamientos han sido desde tiempos antiguos el motor de la historia, lo es también el respeto y la hermandad entre hermanos.

Por eso les digo de todo corazón, desde el rincón de una sala de una residencia ni tan humilde ni tan ostentosa, alguien que por ahora esta sin trabajo, alguien que desde hace ya días atrás testigo y victima a la vez del odio, de golpizas y maldiciones de parte y parte, que piensen en el futuro de todos y no de su furia política, porque el verdadero liderazgo no lo hace los que mandan y explotan a sus semejantes, sino el de proteger y servir al pueblo donde ha nacido; ese es el camino de las grandes personas, no ser reconocidos como destructores de su nación, sino grandes seres de la humanidad.

Se que esto es una utopía, pero cuando esas mismísimas utopías y sueños mueren, es que los mismos se han vuelto realidad, no por algo o por alguien, sino por decisión soberana de todos y cada uno de nosotros por nuestra voluntad como alimento; asi se logran todas las cosas buenas perfectas de este mundo, y a parte de la forma cruel y despiadada, no conozco otra.

El destino del país no solo lo puede hacer los bandos políticos, las ideologías y las intenciones, solo debemos hacerlo todos y cada uno de nosotros, por la razón y la conciencia de nuestra parte como brújula para salir de la encrucijada en que estamos ahora mismo. Ese es el camino en que opino de forma personal, deberíamos seguir, para tener por siempre el derecho de vivir en paz...

Lo que se debe hacer es hacer, no decir, solo así es la manera de que esta Tierra de Gracia salga para adelante y no en un berenjenal donde muchos la están llevando y del que quizás no podría salir jamás.




"No hay camino para la paz... la paz es el camino"

Mahatma Gandhi







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