24 de julio de 2014

La historia de la vaca



En estos tiempos duros en que Venezuela esta en la peor crisis de toda su historia, cuando nuestra realidad es bastante cruda e insoportable, casi inescapable y hasta predestinada, tenemos un momento de rendición, una época de nuestras vidas en que decimos "basta"  y en vez de buscar soluciones, nos conformamos a seguir en esa misma situación, conformándonos con seguir en las mismas, rindiendonos y viendo pasar el tiempo sin dar pasos en la vida, sin animo de buscar una mejor existencia. 

Buscamos ese espacio de confort psicológico ilusorio y conformista como modo de entretenimiento, un mecanismo de defensa o escudo protector mental que nos impide buscar mas opciones mejores. Estas acciones son obstáculos para mejorar o avanzar para bien, evolucionar y mejorar en la vida muchos pretextos, vicios o adicciones de todo tipo, prejuicios, el decir críticas destructivas, haciendo mal a otros para justificar lo injustificable, además de enfrascarse religiosamente en los hobbies gran parte del día o seguir frenéticamente a una facción política.

También como seguir en la misma situación caótica o dañina por miedo al cambio, estar conformes con la decadente situación en que estamos; en fin, apegarnos a todas esas cosas que no nos dejan avanzar que en casos más extremos nos lleva a un abismo que no nos deja surgir ni mejorar en los aspectos más resaltantes de la vida; pero hoy escribo para poner como ejemplo dos de los tantos males mencionados y es de estos que les hablare en este blog.

Aquí regreso después de meses de ausencia y me disculpo por ello; a pesar del ajetreo que tengo y la falta de tiempo por no poner otros artículos, hace semanas atrás estuve investigando acerca de la decadencia no solo de equipos, sino de compañías, de personajes históricos y demás y me encontré de casualidad un libro de mas de treinta paginas, uno de autoayuda donde explica unas de tantas trabas que no nos deja avanzar, aparte de todas las descritas anteriormente.

Según la escritora argentina Luciana Campora (http://www.lucianacampora.com), los libros de autoayuda "son aquellos que exponen alguna técnica, conocimiento, nuevo pensamiento o método para mejorar algún aspecto de la vida personal. Ya sea que alienten la búsqueda espiritual e interna, promuevan la limpieza emocional, enseñen a llevar adelante un negocio exitoso, o todo eso en conjunto, en todos ellos la idea es que el lector pueda tener acceso a aquello que está buscando por sus propios medios, al compartir los pensamientos y experiencias del autor."


Muchos de nosotros piensan que la gran mayoría de los innumerables libros, relatos e historias de autoayuda y superación son nada más y nada menos que un simple fraude para que los autores y editoriales ganen millones a costa de los que necesiten ayuda a sus problemas o los desesperados incautos.


Pero la verdad, y arriesgo mi reputación por ello, es que solo pocos libros y relatos son meros fraudes, ya que muchos, muchísimos de ellos, que han sido probados, estudiados y certificados por especialistas, son de contenido verídico, de verdad muy aleccionadores y de gran ayuda para mucha gente; autores de libros y relatos de autoayuda son creados y recomendados en verdad por verdaderos estudiosos profesionales, profesores, psicólogos además de personas con experiencia otras profesiones y oficios, sean universitarios o autodidactas pero serios y reputados que siguen la lógica, el sentido común, la responsabilidad; son una ayuda seria y verdadera en sus consejos gracias al estudio exhaustivo y el compromiso verdadero y con posibilidades para resolver problemas y dar soluciones, sin demagogias, disparates ni demás mentiras de toda índole.


Por desgracia y también es verdad, que gran parte de los escritos, conceptos y demás asuntos, estudios, casos y demás contenido de esta "autoayuda" son algunas veces una simple carnada caza incautos para vender disparates a costa de la necesidad ajena: muchos "escritores" de manuales de autoayuda no ponen a prueba sus mismas prácticas, son disparatadas sus afirmaciones, con teorías dudosas y cuestionables además de ser caldo de cultivo de embustes y publicidad para las pseudociencias (falsas ciencias, falsas investigaciones y estudios con base a timos, prejuicios, mitos y supersticiones sin pies ni cabeza) y por ende, son simplemente un fraude que es mejor apartarse y no gastar dinero en ello; es mucho mejor tener cuidado en saber buscar este tipo de lecturas que en verdad tenga bastante lógica y con buen sentido y comprobada su eficacia para la búsqueda de una verdadera solución aparte de buenos consejos junto a una ayuda especializada y no disparates escritos por vendedores de humo o personas sin escrúpulo alguno.


Es por eso que como lector de muchos temas, así como de novelas, noticias y a veces, autoayuda, les recomiendo que antes de comprar un libro, leer un artículo o tomar una lectura como referencia obligada para lograr un fin, por favor, asegúrense de que primero, sea estos de una fuente reconocida y confiable, que sean profesionales en su materia o si son autodidactas que sus conocimientos se basen en estudios probados y certificados por autoridades verdaderas y confiables (escuelas de medicina, academias de ciencia y de historia, entre otros), que no se contradigan ni tomen como algo verídico mentiras evidentes, que no sean aval del sectarismo ni seguidores de dogmas absurdos, entre otros reflejos que notan una falta de veracidad.


Si he de recomendar una lectura de autoayuda, le recomiendo una que lei hace ya bastante tiempo; no es algo profunda ni trascendental para ponerla y recomendarla aquí en este blog, pero si se aprende algo de ella; hasta lo más insignificante o simple de todo, se puede aprender cosas nuevas si se tiene una mente abierta y a la vez consciente.

El libro en cuestión fue escrito por el Doctor Camilo Cruz, orador de gran aceptación y renombre, autor de más de treinta obras galardonadas a nivel internacional, conferencista y ampliamente reconocido en Estados Unidos y Latinoamérica por su versatilidad, dinamismo y su estilo altamente informativo y humorístico a la vez.

Dr. Camilo Cruz

En los Estados Unidos, Europa y Latinoamérica es considerado en muchos círculos empresariales como uno de los más altos exponentes en el campo del desarrollo personal, la excelencia empresarial y el liderazgo.

Entre muchas de sus importantes obras de autoayuda y liderazgo se encuentran: "Secretos del vendedor más rico del mundo", "Cómo comunicarnos en público", "Piense como un millonario" y el libro que leí por su puesto, que intenta hacernos despertar y enfrentar en cierta parte esas cosas que hacen que nosotros no nos deja avanzar en la vida.

Según Camilo Cruz y también pienso de la misma manera, muchas causas de todo mal para nosotros hemos conocido y vivido en carne propia o por terceros, siendo testigos de ello, y mencionado antes también; pero unas de las peores causas de todo mal y estupidez en el mundo, que sin duda es para mucho no admitida o desconocida por todos, y que no nos deja avanzar como seres plenos, serian sin duda alguna el conformismo y la mediocridad.   


Se define mediocridad de varias maneras: la calidad baja o casi mala de un producto, gobierno, sistema educativo, de cualquier cosa o actitud ante lo que nos rodea; otra sería la falta de inteligencia o de capacidad para realizar algo. También se define como la apatía, indolencia o desidia (la incapacidad de conmoverse o sentirse afectado por algo), la decadencia, falta de superación y de valor o de interés ante algo, algo o alguien de poca importancia o talento, escasez o poca eficacia, hacer las cosas a medias y no correctamente, falta de búsqueda de excelencia o mejora de una situación o condición, estancamiento, etc.

En definitiva: mediocridad es cuando una persona, institución, país o cualquier cosa por falta de conciencia o de ganas de superarse, pereza o por cualquier motivo se conforma con lo primero que ve, no da lo mejor de sí, no le interesa hacerlo y está a gusto de una situación que no es beneficiosa, estando en un estancamiento de cualquier tipo o es crítica.


Que a uno lo llamen “mediocre” es para muchos de nosotros un insulto, pero la verdad es más que incomoda: la mediocridad se caracteriza por no mejorar o destacar en el plano social, económico, entre otros tantos aspectos que hacen estancar a una persona, institución o grupo gracias a la indolencia o estar sin evolucionar, estando su desarrollo estancado o a medias de forma conformista e ignorante, negando la excelencia o perfección en las cosas.

La mediocridad es causada por muchos factores, como por ejemplo pricipal, la ignorancia o falta de conocimiento y la total insensatez de parte de la que la padece; y si bien todos y cada uno de nosotros somos ignorantes en algunas áreas de nuestras vidas, la forma más rápida de conocerla en un hombre, es en aquel que no se siente "ignorante" en alguna área de su vida, o que bien sienta que no necesita continuar su aprendizaje tan solo por sentirse que ya lo conoce todo por estudiar en un lapso de tiempo y eso trae además como consecuencia de ello, hasta el más letrado se convierte en esclavo de sus propias actitudes y acciones.

La segunda causa de que estamos hablando, es el conformismo, pariente cercano y relacionado de la mediocridad.


El término "conformismo" se define como la actitud de una persona, institución, sociedad o cosa que se conforma fácilmente con una circunstancia que con la que no está de acuerdo o no es beneficiosa, por simple comodidad, falta de interés, ignorancia o mera estupidez.

El conformismo es la actitud del que se adapta a cualquier circunstancia o situación con excesiva facilidad, sea buena a veces, mediocre en gran parte y mala la mayoría de las veces.

Cuando se está conforme con algo significa aceptarlo si es utilizado para cosas buenas, pero en el caso de conformismo como tal, cuando la persona se caracteriza por aceptar todo aquello que le sucede independientemente de que eso sea negativo o positivo y no hacer nada para luchar en contra de lo que no le gusta o satisface, esa aceptación se vuelve negativa.


El conformismo es una de las actitudes más comunes que existe en la actualidad  ya que sociedad global en la que vivimos hace que todos vivamos en un sistema complejo de tradiciones y conceptos (que la mayoría de los casos son obsoletos, nocivos o bien absurdos y ridículos) exigencias, rutinas torturantes, deberes y ocupaciones de los cuales es muy difícil librarse si uno quiere poder subsistir de la mejor manera posible.


Se entiende que la gente muestra actitudes conformistas con su presente y su destino porque no tienen tiempo ni el poder suficiente para luchar contra aquello que no les satisface o no le beneficia y eso causa la permanente necesidad de seguir las rutinas, prejuicios, tabúes, mitos y mandatos sociales sin sentido de su sociedad; esa actitud tomada le protege o lo salva de las criticas y señalamientos de la sociedad igual de conformista.


El conformismo tiene que ver con el miedo o la inseguridad a perder el lugar social que uno ocupa, a no querer cambiar por encontrarse en un lugar seguro, a no buscar más triunfos o logros porque los que uno posee, así sea nulo o insignificante, ya le alcanzan para llevar una vida más o menos normal, o sea, lo que la norma de la sociedad donde se encuentra le dicte.

El conformismo, es también junto a la mediocridad y muchos otros más, la causa de muchos males como la pobreza, los conflictos, el asesino de muchos sueños en la vida de las personas y demás.


Las personas conformistas y/o que sufren de mediocridad en vez de intentar sabiamente resolver su situación se la pasa de problema en problema, sólo por el hecho de que están conformes con sus vidas, quizás esperando que alguien lo haga por ellos sin mover un solo dedo, aun teniendo los pocos medios y conocimientos para hacerlo; no digo que a los desamparados o personas con problemas de difícil solución no hay que ayudarlos (como a los ancianos, niños en estado de abandono, minusválidos o victimas de calamidades o guerras, victimas de hambrunas o refugiados, perseguidos y demás) ya que aparte de ser anti-humanitario, gran parte de ellos no tienen ni culpa de sus males ni los medios para remediar su situación.


En cambio, los conformistas y mediocres, tienden a responsabilizar a otros de su desgracia sin probarlo ni admitiendo que fueron a causa suya, espera la ayuda de otros o se aprovechan de la caridad sin merecerlo o necesitarlo en verdad; estos generalmente tienen a veces talento, medios materiales o intelectuales (muchos o así sean muy pocos) que pueden ser aprovechados y no los utiliza para nada por pura indolencia, utilizan el victimismo (haciendo el papel de víctima o utilizando su tragedia o bien aumentándola para llamar la atención o sacarle provecho en algo) para no querer avanzar o mejorar en la vida, se siente mal con su vida y aún así está mal, justamente por conformarse como es o por lo que le está pasándole, no quiere superarse ni ser alguien de bien o mejor que ahora, no quiere destacar o vive dignamente, en fin, todo eso y mas características son en parte por su actitud y por lo tanto, gran parte de las veces, por culpa prácticamente suya.


Conformistas y mediocres llegan al punto de ser conformarse también con su trabajo y sueldo miserable y teniendo conocimientos de negocios no quieren aplicarlos por sentirse falsamente seguros con un psicópata como jefe; muchas personas se conforman con una pareja que les maltrata por no sentirse abandonada o sola, prefieren estar con amigos tóxicos e interesados por sus bolsillos, viven en un sitio lleno de basura y desaseado porque le da pereza limpiar, tantos, tantos, tantos y tantos problemas vistos como un falso mal necesario que hacen de su vida, algo alegre, pero dañino a la vez. De muchas cosas tristes que existen, una de las más destacadas son las de aquellos que se conforman con vivir de forma miserable, con dolor y calamidades para sí gracias a conformarse con su desastre porque se siente feliz y eso es en cierto modo algo masoquista de su propia parte (le gusta sufrir); es como el sapo que se encuentra contra la pared: en vez de andar despacio girando hacia otro lado, prefieren estrellarse contra la pared saltando, saltando y saltando hasta que por el impacto rebote a otra dirección o muera por los golpes porque le gusta saltar hacia delante sin importar el mal que se hace.


La diferencia entre el sapo y los mediocres-conformistas es que el sapo es inocente de lo que hace por ser un animal que actúa así por mero instinto; los humanos por el contrario son aparentemente más sabios, pero por simple ignorancia o estupidez, prefieren matarse a golpes a costa suya que voltear, mirar y seguir por el camino correcto o el que él desee.


Ellos en verdad, llegan a una "zona de confort" que no les deja ver que también hay posibilidades de estar mejor, de vivir mejor y de tener mejores cosas si se lo proponen.

El pequeño libro de autoayuda que trata con buen análisis y mucha sabiduría estas cuestiones se titula “La vaca” y en él se relata y analiza una historia que nos motiva a desafiar al lector a eliminar todas las excusas, justificaciones, creencias y pretextos, que los limitan a utilizar su verdadero potencial y que los mantiene atados a una vida de conformidad y mediocridad, causante también de mucho de nuestros males; muchos han puesto esta parábola en varios blogs y redes sociales además de ser relatado y analizado en varias conferencias, universidades e institutos de superación personal.

También, luego del cuento, el autor del libro analiza por partes las señales, causas y consciencias de la mediocridad y del conformismo, así como su solución para que todos nosotros busquemos una luz al final del túnel con buenos resultados y de forma didáctica.


Según su autor, uno de los grandes retos que enfrentan corporaciones y empresas así como todas las personas es superar sus propias limitaciones, las cuales son resultado de excusas, justificaciones y falsas creencias que condicionan su vida, y que limitan el nivel de éxito que deberían experimentar. Aunque muchos lo nieguen, el verdadero enemigo del éxito no es solamente el fracaso, como muchos piensan, sino la falta de voluntad, el conformismo y la mediocridad que no nos deja avanzar en la vida.

El libro fue éxito de ventas en Estados Unidos y Latinoamérica y a opinión personal, me impactó y seguro que muchos de ustedes le gustarán.

No quiero para nada spoilear, es decir, no comento para nada todo el contenido del libro que en sí explica mucho más a fondo las causas y consecuencias que nos lleva a no superarnos gracias al conformismo, la mediocridad, entre otros que se dirán allí (por eso es que les recomiendo que lo lean), pero si podría decir al menos las propias palabras del Doctor Cruz la historia que se encuentra en el mismo (ya que está en varios blog y es de cierto modo ya conocida por la web), y que nos enseña en verdad la causa de gran parte de muchos problemas a causa de la mediocridad y el conformismo en primer lugar, de las tantas causas existentes.

La historia que nos narra Camilo Cruz nos enseña que a parte de los defectos, adicciones, actitudes negativas y demás acciones y trabas en la vida (bien causadas por otros que nos hacen daño o simplemente por nuestras actitudes), el conformismo y la mediocridad no dejan avanzar a nadie y esa historia es un mensaje para todos aquellos que buscan una solución al problema de salir  de una situación de forma más inteligente, de forma sabia y consciente.

La historia de Camilo Cruz, que forma parte de su libro "La vaca", empieza más o menos así:

...Un viejo maestro deseaba enseñar a uno de sus discípulos la razón por la cual muchas personas viven atadas a una vida de conformismo y mediocridad y no logran superar los obstáculos que les impiden triunfar. No obstante, para el maestro, la lección más importante que el joven discípulo podía aprender era observar lo que sucede cuando finalmente nos  liberamos de aquellas ataduras y comenzamos a utilizar nuestro verdadero potencial.

   Para impartir su lección al joven aprendiz, aquella tarde el maestro había decidido visitar con él algunos de los parajes más pobres de la  provincia. Después  de caminar un largo rato encontraron el que debía ser el vecindario más triste y desolador de aquella comarca y se dispusieron a buscar la más humilde de todas las viviendas.

   Aquella casucha a medio derrumbarse, que se encontraba en la parte más distante  de aquel caserío, debía ser sin duda alguna la más pobre de todas. Sus paredes milagrosamente se sostenían en pie, aunque amenazaban con derribarse en cualquier momento; el improvisado techo dejaba filtrar el agua, y la basura y los desperdicios que se acumulaban a su alrededor daban un aspecto decrépito a  la vivienda. Sin embargo, lo más sorprendente de todo era que en aquella casucha de 10 metros cuadrados pudiesen vivir ocho personas. El padre, la madre, cuatro hijos y dos abuelos, se las arreglaban para acomodarse en aquel lugar.

   Sus viejas vestiduras y sus cuerpos sucios  y malolientes  eran  prueba  del estado  de profunda miseria que reinaba allí. Sus miradas  tristes y sus cabezas bajas dejaban  ver que la inopia no sólo se había  apoderado de sus cuerpos sino que había encontrado albergue en su interior.

   Curiosamente, en medio de este estado de penuria y pobreza  total, esta familia contaba con una posesión poco común en tales circunstancias: una vaca. Una flacuchenta vaca que con la escasa  leche que producía, proveía a aquella familia con el poco alimento de algún valor nutricional. Esta vaca era la única posesión  material con que contaban, y parecía ser lo único que los separaba de la miseria total.

   Y allí, en medio de la basura  y el desorden, pasaron la noche  el maestro y su novato discípulo. Al día siguiente, muy temprano y asegurándose de no despertar a nadie, los dos viajeros se dispusieron  a continuar su camino. Salieron de la morada y antes de emprender la marcha, el anciano  maestro le dijo en voz baja a su discípulo: “Es hora de que aprendas la lección que has venido a aprender”.

   Después de todo, lo único que habían logrado durante  su corta estadía era poder ver los resultados de una  vida de conformismo y mediocridad, pero aún no estaba claro para el joven discípulo cuál había  sido  la causa  que  había originado tal estado de desidia. Ésta era la verdadera lección, el maestro lo sabía y el momento de aprenderla había llegado.

   Ante la incrédula mirada del joven, y sin que éste pudiese hacer  nada para evitarlo, súbitamente el anciano sacó una daga que llevaba en su bolsa y de un solo tajo degolló a la pobre vaca, la cual se encontraba atada a la puerta de la vivienda.

   - ¿Qué has hecho maestro? -dijo el joven con voz angustiada- buscando no despertar a nadie.- ¿Qué lección es ésta que  amerita  dejar a esta familia en la ruina total? ¿Cómo has  podido matar esta  pobre  vaca,  que  representaba la  única  posesión  con  que contaba  esta familia?

   Inmutado por el estado de angustia de su joven discípulo y haciendo  caso omiso a sus interrogantes, el anciano  se dispuso a continuar la marcha. Así pues, dejando  atrás la macabra escena, maestro y discípulo partieron, con aparente indiferencia del primero por la suerte que podía correr esta pobre familia ante la pérdida  de su única posesión.

   Durante los días siguientes, una y otra vez, el joven era asaltado por la nefasta idea de que, sin aquella vaca,  la familia seguramente moriría de hambre. ¿Qué  otra  suerte podían correr después de haber perdido  su única fuente de sustento?

   La historia cuenta que un año más tarde, los dos hombres decidieron regresar nuevamente por  aquel  lugar para ver qué suerte había corrido aquella familia. En vano buscaron la humilde posada. El lugar parecía ser el correcto, pero donde un año atrás se encontrara la humilde vivienda, ahora se levantaba una casa grande, que daba la apariencia de haber sido  construida recientemente. Se detuvieron por un momento para observarla desde la distancia  y asegurarse que estaban en el mismo lugar.

   Lo primero que pasó por la mente del joven fue el nefasto  presentimiento de que seguramente la muerte  de la vaca había  sido un golpe demasiado fuerte para  aquella pobre familia. Muy posiblemente se habían visto obligados a abandonar aquel lugar y ahora, una  nueva  familia, con mayores posesiones, se había adueñado de él y había construido una mejor vivienda.

   ¿Adónde habrían ido a parar aquel hombre y su familia? ¿Qué  habría sucedido con ellos? ¿Cómo se alimentaban  los niños, ahora  que  no  contaban con  la  leche  de aquella vaca? Quizás la pena moral había sido suficiente para doblegarlos. Todo esto pasaba por la mente  del  joven discípulo mientras que, vacilante, se debatía  entre acercarse  a la nueva vivienda a indagar por la suerte de los antiguos moradores o continuar el viaje y evitar confirmar sus peores sospechas.

   Cuál sería su sorpresa cuando del interior de aquella casa salió el mismo hombre  que un año atrás les diera posada en su vivienda. Pero esta vez, su aspecto era totalmente distinto, el brillo en sus ojos, su cuerpo  aseado y su amplia sonrisa daban muestra de que algo significativo había sucedido. El joven no podía dar crédito a lo que veían sus ojos. ¿Cómo es posible? ¿Qué  sucedió  aquí? Preguntó notablemente sorprendido. “Hace un año en nuestro breve paso por este lugar, fuimos testigos de  la inmensa pobreza en que ustedes  se encontraban. ¿Qué ocurrió  durante este lapso para que todo esto cambiara?”

   Ignorante del hecho de que el discípulo y su maestro  habían sido los causantes de la muerte de su vaca, el hombre relató  como, coincidencialmente, el mismo día de su partida, algún maleante, envidioso de su vaca, había degollado salvajemente al pobre animal.

   El hombre continuó relatándole a los dos viajeros cómo su primera reacción ante  la muerte de la vaca había sido de desesperación y angustia. Por mucho tiempo, la poca leche que producía la vaca había sido su única fuente de sustento. Más aún, el poseer esta vaca  les había ganado el respeto de sus menos afortunados vecinos, quienes seguramente envidiaban no contar con tan preciado bien.

   Sin embargo, continuó el hombre, poco  después de  aquel trágico  día, nos  dimos cuenta que a menos que hiciéramos algo, muy probablemente, nuestra propia supervivencia estaría en peligro. Necesitábamos comer, debíamos buscar otras fuentes de alimento para  nuestros hijos, así que limpiamos el patio de la parte  de atrás de la casucha, conseguimos algunas semillas y decidimos sembrar vegetales y legumbres con los que pudiésemos alimentarnos.

   Después de algún tiempo notamos que la improvisada granja producía mucho más de lo que necesitábamos para nuestro propio sustento, así que comenzamos a venderle a nuestros vecinos algunos de los vegetales que sobraban y con este dinero compramos más semillas. Poco después vimos que nos sobraba suficiente de lo que cosechábamos como para venderlo  en el mercado  del pueblo. Así lo hicimos y por primera vez en nuestra  vida pudimos tener dinero suficiente para comprar  mejores  vestimentas y arreglar nuestra casa. De esta manera,  poco a poco, este año nos ha traído una vida nueva. Es como si la trágica muerte de nuestra vaca, hubiese abierto las puertas a una nueva esperanza.

   El joven, quien escuchaba atónito la increíble historia, entendió finalmente la lección que su sabio maestro  buscaba enseñarle. Era obvio  que la muerte de aquel animal había sido el principio de una vida de nuevas y mayores oportunidades.

   El maestro, quien había permanecido en silencio, prestando atención al fascinante relato del hombre, llamó al joven a un lado y le preguntó en voz baja:

   - ¿Tú crees que si esta familia aún tuviese su vaca,  estaría donde ahora se encuentra?

   - Seguramente no, respondió el joven.

   - ¿Si ves? La vaca, fuera de ser su única posesión, era también  la cadena que los mantenía atados a una vida de conformismo y mediocridad. Al no contar más con  la falsa seguridad  que les proveía el sentirse poseedores de algo, así no fuese más que una flacuchenta vaca, debieron tomar la decisión de esforzarse por buscar algo más.

- En otras palabras, la misma vaca que para sus vecinos era una  bendición, a ellos les daba la sensación de no estar en la pobreza total, cuando en realidad estaban viviendo en medio de la miseria.

   - ¡Exactamente! Respondió el maestro. Así es cuando  tienes poco, porque lo poco que tienes se convierte en  una  cadena que no te permite buscar algo mejor. El conformismo se apodera de tu vida. Sabes que no eres feliz con lo que posees, pero no eres totalmente miserable. Estás frustrado con la vida que llevas, mas no lo suficiente como para querer cambiarla. ¿Ves lo trágico de esta situación?

    Cuando tienes un trabajo que odias, con el cual no logras  satisfacer tus necesidades económicas mínimas y el cual no  te trae absolutamente ninguna satisfacción, es fácil tomar la decisión de dejarlo y buscar uno mejor. No obstante, cuando tienes un trabajo  que no te gusta, pero que suple tus necesidades mínimas,  que  te ofrece cierta comodidad pero no la calidad de vida que verdaderamente deseas para ti y tu familia, es fácil conformarte  con lo poco que tienes. Es  fácil caer presa del “dar gracias ya que por lo menos cuentas con algo... Después de todo, hay  muchos que no tienen nada y ya quisieran poder contar con el trabajo que tú tienes.”

   Esta idea es una vaca, y a menos que te deshagas de  ella, no podrás experimentar un mundo distinto al que has estado viviendo. Estás condenado de por vida a  vivir víctima de limitaciones impuestas. Es como  si hubieses decidido vendar tus ojos y conformarte  con tu suerte.

   Todos tenemos vacas en nuestras vidas. Llevamos a cuestas creencias, excusas y justificaciones que nos  mantienen atados a una vida de mediocridad. Poseemos vacas que no nos dejan buscar mejores oportunidades. Cargamos con pretextos y disculpas de por qué no estamos viviendo la vida que en realidad queremos vivir. Nos damos excusas que ni nosotros mismos creemos, y que nos dan un falso sentido de estar bien, cuando  frente a nosotros se encuentra un mundo de oportunidades por descubrir; oportunidades que sólo podremos apreciar una vez hayamos matado nuestras vacas.

   “Qué gran lección”, se dijo a sí mismo el joven discípulo. Inmediatamente pensó en sus  propias vacas,  en    aquellas limitaciones que él mismo se había encargado de adquirir a lo largo de toda su vida. Prometió    liberarse de todas las vacas que lo habían mantenido atado a una vida de mediocridad y le habían privado de utilizar su verdadero potencial.

    Indudablemente, aquel  día, marcaría  el comienzo  de una  nueva  vida, ¡una vida libre de vacas!

El relato de la vaca, según el autor mismo, lo escuchó por primera vez en un vuelo de Nueva York a Buenos Aires, de la voz de una dama que le correspondió el asiento del lado.

En la historia, la vaca simboliza todo aquello que nos mantiene atados a una vida de mediocridad y conformismo; es la representación de cada excusa, pretexto, creencia o justificación que nos invita a conformarnos con segundos lugares, y que nos impide lograr metas personales, profesionales o de negocios. El Dr. Camilo Cruz también ha desarrollado basado en su bestseller La vaca, un seminario para ayudar a corporaciones de cualquier industria a deshacerse de uno de los más grandes enemigos del éxito: el conformismo esa actitud de mediocridad que conduce al fracaso.


Este libro se los recomiendo de verdad, porque nos a desarrollar una actitud mental positiva para alcanzar un alto nivel de éxito y productividad en el día de a día, a aparte de darnos algo de comprensión en nuestras fallas y así lograr nuestros sueños, aprender a vencer temores injustificados o basados en mitos o prejuicios y lograr enfocarnos en nuestras fortalezas parqa lograr el éxito.

El libro "La vaca" nos enseñará ciertos pasos de cómo deshacernos de la mediocridad, del conformismo, de errores y las excusas que nos impiden triunfar.


Muchas personas, incluyéndome en algunas ocasiones, tenemos varias "vacas"  que no nos deja avanzar en la vida y podemos considerar como vaca, a la mediocridad y el conformismo, pero podemos también considerarlas como tales a muchos males en la vida; caemos en algunos momentos en el conformismo y la mediocridad a veces (bien sea de forma excepcional o constante) y como un reto que debemos enfrentar es el de superar sus propias limitaciones sin miedo ni escusa injustificada alguna que valga.

En palabras del doctor Camilo Cruz en su página web oficial: http://camilocruz.com/?page_id=185, "muchas personas parecen haber sucumbido a una epidemia de excusas, justificaciones, temores y falsas creencias que condicionan su vida, limitan su potencial, y afectan su desempeño áreas como el trabajo en equipo, la excelencia personal, o los logros académicos.

...la vaca simboliza todo aquello que nos mantiene atados a una vida de mediocridad. Representa toda excusa, pretexto, creencia o justificación que nos invita a conformarnos con segundos lugares y nos impide lograr nuestras metas personales, profesionales o de estudios".

Este libro sin duda me abrió los ojos en muchas maneras, al igual que a otras personas también; a veces llegamos o vamos rumbo a la mediocridad y al conformismo bajo influencia del hogar, en instituciones que están teniendo fallas en la excelencia y demás y es por eso que depende de nosotros mejorar y evolucionar como individuo, ser perfectos no solo de cuerpo y en el plano económico, sino en lo social y espiritual. Es triste cuando vemos a alguien con talento excepcional, que a causa de su dejadez de espíritu no quiera salir de su miseria o no tenga voluntad alguna para salir adelante, dejar todo lo malo que esta cerca de el o ella, enfrentar al mundo y buscar el éxito; también es igual de triste ver a individuos con potencial que están en el abismo de la mediocridad y el conformismo, junto a la miseria y demás males gracias a la influencia, los falsos conceptos, prejuicios y la presión de individuos o poderosos que prefieren estar en su decadente y nada favorable situación antes de mejorar o quieren que el resto de la gente lo esté para seguir sacándoles el provecho a ello.

El éxito en la vida depende en gran parte de nosotros mismos, pero no se logra gracias a estar conformes con las migajas que nos dan o seguir en la misma crisis por puro gusto; el éxito se da haciendo las cosas bien y no hay de otra forma.


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3. No se puede restringir el derecho de expresión por vías o medios indirectos, tales como el abuso de controles oficiales o particulares de papel para periódicos, de frecuencias radioeléctricas, o de enseres y aparatos usados en la difusión de información o por cualesquiera otros medios encaminados a impedir la comunicación y la circulación de ideas y opiniones.

4. Los espectáculos públicos pueden ser sometidos por la ley a censura previa con el exclusivo objeto de regular el acceso a ellos para la protección moral de la infancia y la adolescencia, sin perjuicio de lo establecido en el inciso 2.

5. Estará prohibida por la ley toda propaganda en favor de la guerra y toda apología del odio nacional, racial o religioso que constituyan incitaciones a la violencia o cualquier otra acción ilegal similar contra cualquier persona o grupo de personas, por ningún motivo, inclusive los de raza, color, religión, idioma u origen nacional.

Artículo 13 - Convención Americana sobre Derechos Humanos

FUENTES CONSULTADAS:

Camilo Cruz - Pagina oficial

Lideres - Ph.D. Camilo Cruz - Liderazgo y Mercadeo

Libros de Camilo Cruz en Google Books

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